Téramo, Mª T. (2006) Modas adolescentes y medios de comunicación como agentes socializadores. Comunicar 27; 85- 91En esta artículo encontramos dos partes claramente diferenciadas. Una primera parte en la que se explica el concepto de moda y otra segunda en la que se presentan los datos de una encuesta sobre las modas de consumo y los medios de comunicación realizada a adolescentes argentinos y españoles.
El artículo comienza con una primera aproximación al concepto de moda, destacando su caracter o tendencia imitativa. No obstante, para que algo se quiera imitar, y por lo tanto se convierta en moda, ha de resultar atractivo, ha de gustar. Pero, ¿cómo nos llegan esos modelos a imitar? Hoy en día, en la denominada sociedad de la información, los medios de comunicación son fudamentales y se consideran agentes socializadores, como lo son la familia, la escuela y el grupo de pares. De esta manera, los medios de comunicación, especialmente los medios audiovisuales, condicionan en cierta medida nuestra forma de pensar y actuar.
Aunque uno no se pare a menudo a pensarlo, puede resultar impactante cómo nuestra forma de entender y comprender el mundo se puede ver influenciada por estos agentes socializadores. No obstante, con la aparición del marketing y los sondeos de opinión, las empresas de medios tratan de atender a nuestras demandas e intereses. Me ha parecido muy relevante el hecho de que somos nosotros, los "receptores", quienes creamos, a través de nuestras preferencias, los modelos a imitar, se atiende a una demanda de la audiencia actual y potencial.
La moda se presenta como un medio, un medio que contribuye a los procesos de socialización, pero que no puede proporcionar identidad en sentido estricto. Así, un adolescente que intenta integrarse en un grupo vistiéndose de una determinada manera, sabe que lo que realmente es más importante es el vínculo de amistad que se pueda llegar a crear.
Existen múltiples definiciones para el concepto de moda, pero esencialmente se debe entender como una manifestación de los estilos de vida en una época o cultura determinada. Etimológicamente, "modus" se refiere a la manera particular en la que se presenta un acción, un hecho o una persona.
La segunda parte del artículo es la más impactante, ya que nos ofrece datos realmente asombrosos capaces de hacernos reflexionar sobre el lugar que ocupan los medios de comunicación en los procesos de socialización. El simple hecho, por ejemplo, de que un 61% de los adolescentes argentinos y españoles tengan televisor en su habitación ya parece preocupante e innecesario, puesto que puede llegar a aislarlos provocando una distancia con sus familiares y ejerciendo una mayor influencia en todo lo que puedan llegar a ver. Lo mismo ocurre con el ordenador, aunque el porcentaje de argentinos que lo tienen en su habitación es menor (un 63% de españoles frente a un 29% de argentinos).
Las cifras relativas a las horas dedicadas a ver la televisión también me han parecido alarmantes, un 42 % pasan más de cuatro horas diarias al ordenador, es decir, entre el tiempo que pasan estudiando, durmiendo y comiendo, el resto casi lo dedican enteramente a sentarse frente al televisor. Este porcentaje se incrementa, además, cuando hablamos del fin de semana.
En cuanto al control de los padres sobre la programación televisiva, un 82% dice que sus padres no ejercen ningún tipo de control, algo impensable y más con el tipo de programas que se emiten actualmente. Incluso los mismos adolescentes advierten que la televisión contribuye a generar conductas violentas (36%). Los adolescentes, además, perciben con mayor realismo las denominadas conductas de riesgo y las cuestiones relativas a patrones de moda, imagen y belleza.
El medio de comunicación preferido para informarse es Internet y el que parece estar más alejado es la radio, como me esperaba, aunque no creía que el porcentaje era tan bajo, tan sólo un 4%.
El artículo acaba haciendo referencia a la función socializadora de la familia, la escuela, el grupo de pares y los medios de comunicación. La familia, además de ser el primer medio social con el que se encuentran los niños y niñas, constituye junto al grupo de pares la fuente principal de aprendizaje.
En mi opinión, la familia ha de ser la base más imporante en la socialización de los individuos, el punto de partida, aunque se considere un ámbito de socialización distinto, por ejemplo al grupo de amigos, es el fundamental. Por lo tanto, la familia y los amigos no compiten, sino que se entienden como ámbitos diferentes. Aunque los medios de comunicación desempeñen una función importante sobre todo en el aprendizaje de temas como la moda, el cine o la música, la familia resulta primordial, su acción socializadora se mantiene durante un gran periodo de tiempo en la vida de los individuos y no será suplantada sino complementada por la acción de los demás agentes socializadores.
Rey, J. (2006) Los "metrosexuales" y "übersexuales" como artefactos publicitarios. Comunicar 27; 19-27
El término "metrosexual" no es concepto nuevo, sino que hace referencia a un modelo que ha sido resultado de un proceso de transformación iniciado ya desde hace tiempo. El término fue creado por Mark Simpson en 1994 y aparece ligado a unas connotaciones negativas como el consumismo, la superficialidad o el narcisismo. Este periodista británico destaca la idea de que no importa su condición sexual sino que es el placer su preferencia sexual.
La palabra "metrosexual" puede ser analizada si la dividimos en "metro" -metrópolis- y "sexual"-la parte femenina se vive sin complejos-. El prototipo que se nos presenta es el conocido futbolista David Beckham, quien vive sólo por él y para él. En todo metrosexual la parte femenina no produce vergüenza, es algo que se potencia y exterioriza sin ningún miedo, ya que se trata de una parte estética, que no hace referencia a las preferencias sexuales de cada uno.
Es importante destacar la diferencia que podemos advertir entre las connotaciones del término hace unos años, cuando Mark Simpson publica su artículo en el diario "The Independent", y las que conlleva en el momento de su resurgimiento a principios del siglo XXI. Una agencia de publicidad es la encargada de hacer resurgir el vocablo, añadiendo un factor de atracción, lleno de elogios y presentándolo como un modelo a seguir.
Este nuevo matiz va ligado al negocio y a la oportunidad para ampliar marcas y productos, por lo que no es más que una estrategia comercial. Las empresas se esfuerzan por dejar claro que "metrosexual" no es lo mismo que "homosexual", puesto que han de eliminar cualquier obstáculo que se les presente a la hora de vender un nuevo modelo. Y digo bien, VENDER, es el beneficio de las empresas, quienes aprovechan el deseo consumista que se empieza a gestar en este hombre del siglo XXI para ampliar su cuota de mercado, ofertando una amplia gama de productos como ropa, cosmética, perfumería, comida o fármacos.
El término "metrosexual" es sustituido por el de "übersexual" poco después de su reaparición, se añade la partícula alemana "über" con el fin de transmitir la idea de superioridad, algo que va más allá, lo mejor, cuyo prototipo principal es George Clooney. Se intentan potenciar las caracterísitcas positivas del verdadero hombre de antaño a fin de corregir las deficiencias del primer modelo.
Como vemos, ambos términos "metrosexual" y "übersexual" no son más que creaciones comerciales. Los nuevos modelos son fruto de la observación y el análisis de las grandes empresas que, a partir de una tendencia que en un principio es minoritaria, son convertidos en un fenómeno de masas gracias a la función de la publicidad. La función de los mismos consiste en aprovecharse en cierta manera de la crisis de identidad, ven un filón de negocio en el varón desubicado. Así, surge un nuevo consumidor que es reflejado por el discurso publicitario y persuadido mediante un proceso de identificación.
Finalmente, hemos de tener muy en cuenta de que lo que se busca es ampliar el mercado mediante la presión publicitaria en esta sociedad de consumo, pero que cada uno debe luchar por ser lo que uno quiere, no lo que se le impone.